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martes, 31 de enero de 2012

CHIRIGOTA ¡NO ME RALLES! - PRELIMINARES

Conducción autónoma sí, yo ya la quería para ayer


727px-deserttocity.jpgCoche participante en Darpa Challenge, aunque parezca L.A. 2013
Titulares así hacen amigos, o más bien, enemigos. Es tan matizable que me va a llevar unos cuantos párrafos explicar por qué estoy a favor de que se desarrolle la conducción autónoma, y cómo estoy deseando que sea ya un fenómeno extendido a nivel mundial, un estándar de todos los coches, el extra de serie por excelencia. La conducción autónoma va a conseguir que gente como yo se quede sin un sitio donde escribir, pero por otro lado va a salvar decenas de miles de vidas en todo el mundo.
La conducción autónoma tiene sus detractores, y con esto estoy entrando de lleno en el terreno de la especulación sobre el futuro. Tiene sus detractores hoy, porque hay quien no quiere oir ni hablar de que sea el coche el que haga toda la tarea. Por supuesto, otro grupo bastante importante de detractores serán los conspiranoicos, ya que si el coche es autónomo es probable que esté interconectado con otros sistemas, ergo “la CIA nos espía”. Yo soy el optimista, el que busca el caballo cuando le regalan … ya sabéis el chiste.

Conducción autónoma significa cero accidentes

knight_rider_supercar_kitt_instrumentation.jpg
Si alguien cree que estoy ensayando un relato de ciencia ficción ya puede desengañarse. La conducción autónoma será en sí misma un sistema complejo, y los coches que circulen de forma autónoma formarán un sistema todavía más complejo, pero siempre más determinista que el sistema que formamos hoy los conductores. Como bien decía Josep hace mucho tiempo, un coche autónomo no cambiará de carril de forma aleatoria. No se va a introducir incertidumbre en la carretera, y la incertidumbre va ligada de forma directa con las probabilidades de que suceda un accidente.
Para aplacar a quien esté ya con el argumento preparado, obviamente nunca habrá cero muertes por accidente cuando hay que tener en cuenta a los peatones. Y con esto no estoy echando culpas preventivas a ningún peatón. Sin embargo, estoy seguro de que un coche en modo autónomo será capaz de evitar un porcentaje elevadísimo de atropellos, sino todos. Hasta es probable que si nos tiramos encima del coche, éste pueda evitar hacernos daño.
Todo está a favor de la conducción autónoma desde un punto de vista, digamos, ingenieril. Es el banco de pruebas perfecto para cumplir el sueño de cualquier ingeniero, un sistema autónomo que reaccione satisfactoriamente a todos los estímulos externos posibles. O a los más probables. Sería el sueño de cualquiera que dedique parte de su vida, o toda, a la seguridad vial. Porque el sueño sería no tener que hablar de cosas como la siniestralidad, entre otras.

Conducción autónoma no significa “nunca más conduciremos”

Google coche autónomo
Son dos cosas diferentes, y si me permitís la simpleza, bastaría con apretar un botón para coger los mandos. O al menos eso espero. En mi opinión, la conducción autónoma tiene todo el sentido según la situación. En otros casos será aconsejable tomar los mandos, o simplemente, en determinadas circunstancias será un placer “conectarse” al coche y conducir un rato. Sin embargo en los trayectos largos por autovías aburridas, la conducción autónoma será una bendición.
Mientras el coche circula hacia el destino, nosotros podríamos trabajar, descansar, comer, jugar, ver una película… Las máquinas están para ahorrarnos tareas repetitivas, y por supuesto, para realizarlas sin dudar, sin “inventar”, sin dormirse, sin estar bebidas, sin cansarse. Incluso, con los avances que hay y que se están desarrollando en cuestión de detección temprana de crisis físicas al volante, pueden tomar el control y llevarnos al hospital más cercano.
Las posibilidades del control autónomo del coche son infinitas, y todas son objetivamente buenas. Incluso los beneficios son, como mínimo, algunos de los que listo a continuación:
  • reducción de la complejidad del tráfico en el acceso a ciudades: no más atascos
  • minimizar los consumos de combustible (ya sea carburante o bien electricidad o… lo que triunfe en el futuro)
  • minimizar el consumo de neumáticos, pero sobre todo los malos usos y daños (que gastarse, se seguirán gastando)
  • incrementar la productividad (objetivo deseable, pero a lo mejor estresante)
  • minimizar los costes de mantenimiento al minimizar el impacto negativo del humano

El coche autónomo llegará si se sobrepone a sus detractores

Este post está inspirado en este artículo de Cnet News. Y coincido plenamente con sus razonamientos y conclusiones. No hay razón para que el coche autónomo no esté en la calle antes de lo que pensemos. Sus potenciales detractores son los políticos, las propias personas, y sobre todo el propio desarrollo de la tecnología. Perdón, la tecnología es casi seguro que ya existe, lo que no existe es el sistema fiable 100% que reaccione correctamente en todas las circunstancias.
Si llega el coche autónomo, me quedaré casi seguro sin este espacio para escribir sobre seguridad vial. Pero por otro lado será increíble vivir en un mundo sin atascos, sin mal humor al volante, sin muertos en carretera, sin el factor humano que siempre existe si nos fijamos en los grandes números. Y no digamos ya en la cantidad de posibilidades de diseño interior que se abrirán para los fabricantes. Pero eso es otra historia y merece ser contada en otro lugar.

martes, 24 de enero de 2012

Sistemas de seguridad del coche: ¿todos imprescindibles?


Sistema 4control de Renault
Como en materia de seguridad del automóvil hace ya años que las ciencias avanzan que es una barbaridad, bueno es que de vez en cuando nos detengamos a pensar un poco en la de sistemas y sistemas que ofrecen los coches actuales, que quedan a años luz de lo que algún día soñaron nuestros abuelos, y nos planteemos si todos y cada uno de los elementos de seguridad son tan, tan importantes como nos venden los fabricantes… o si podemos hacer nuestra propia quiniela con los sistemas que vemos imprescindibles frente a aquellos sólo añaden al coche peso y complejidad técnica.
Hoy pasamos revista a algunos de los avances en estos sistemas, y os proponemos que aportéis vuestro granito de arena. Ya sabemos que hemos vivido durante muchos años sin todas estas maravillas y que algunas de estas las veremos en otros vehículos pero difícilmente en el nuestro. Pero puestos a imaginar, ¿hacemos una lista de los avances en seguridad que nos gustaría llevar en nuestro coche?

Sistemas de seguridad activa

Sistemas de Seguridad Activa
Es cierto que los sistemas de seguridad activa son la base de la seguridad en sí, puesto que al funcionar evitando la colisión se sitúan en la raíz del siniestro vial y lo previenen. No es casual que la lista de elementos de seguridad activa sea enorme, pero aunque todos los avances están muy bien y van encaminados a ayudar al conductor, hay algunos que son imprescindibles y otros que no tanto. Vamos a darles un repaso:
  • ABS y ESP. Para mí son irrenunciables. Desde el año 2004, el ABS es obligatorio en los vehículos de nueva fabricación, y el ESP lo es también desde noviembre del año pasado. Aún así, los coches de segunda mano y, en el caso del ESP, los que están en stock previo a esa fecha, pueden no llevar estos sistemas que evitan el bloqueo de ruedas y la pérdida de control del vehículo.
  • Ayudas a la frenada de emergencia. Otro sistema interesante, que además se amortiza en un solo uso que le demos en la vida. Teniendo en cuenta que como norma general nos da miedo frenar, un poco de ayuda en un caso como este no está de más. Y si además avisa a los conductores de los vehículos que nos siguen encendiendo las luces de emergencia, tanto mejor.
  • Sistema de detección de presencia en ángulos muertos, tipo BLIS de Ford. Para mí tiene mucho sentido como sistema de seguridad activa que evita colisiones laterales por una observación inadecuada y me parece especialmente útil para evitar choques contra motos o bicis, con las consecuencias que conllevaría un siniestro de ese tipo.
  • Sistema de detección de señales. Aunque en abstracto la idea me parece interesante, tuve la ocasión de probarlo cuando fui a aprender conducción eficiente en tierras germanas y observé en mí una curiosa mutación que no me gustó: tendía a fiarme de lo que me decía el vehículo más de lo que veía yo en la carretera. De hecho, todavía es ahora que no sé dónde andaba aquella limitación de 40 que me marcaba el coche y que yo no vi en las dos veces que pasamos por un mismo lugar. Inquietante.
  • Sistema de aviso de cambio de carril. Para lo sofisticado que es el sistema, lo veo poco práctico. Necesita de unas marcas viales pintadas en el suelo, algo que no siempre podemos encontrar en la carretera, y, además, previenen un problema que se puede atajar simplemente con prestar atención a lo que estamos haciendo al volante.
  • Luces de conducción diurna. Son obligatorias en los vehículos fabricados a partir de febrero de 2011, así que lógicamente las luces de conducción diurna no están totalmente presentes en nuestro parque automovilístico. De todas formas, no se entiende que haya conductores que las desactiven a la menor oportunidad, de forma que más aún que reivindicar este sistema, creo que toca pedir una nueva campaña de concienciación por parte de la DGT.
  • Luces adaptativas. Si bien puedo entender el beneficio que aportan las luces adaptativas de giro montadas en los bajos del vehículo, tanto en la iluminación de carreteras con curvas cerradas como en las intersecciones, su uso no me termina de parecer crucial. En cambio, sí le veo utilidad a los últimos desarrollos realizados por Audi en este campo, sobre todo por lo que respecta al uso ledes con fines adaptativos.
  • Limpiaparabrisas automático. Quizá he visto pocas propuestas, pero no me acaba de convencer el funcionamiento automático de un limpiaparabrisas a partir de lo que diga un solo sensor situado en un solo punto de un elemento de tanta superficie como un parabrisas. Además, la regulación manual de los ciclos siempre será mucho más adaptada a las necesidades del conductor que la automatización del proceso. Por otra parte, dependiendo del estado del cristal, puede ser necesario accionar el lavaparabrisas, algo que normalmente un limpiaparabrisas automático no contempla, con los problemas que eso conlleva para la superficie del cristal.
  • Neumáticos antipinchazo. Sinceramente, nunca he creído que valgan la pena. Eso de pinchar y seguir circulando sobre una banda de goma gruesa no me convence, porque lo único que hacemos es posponer la visita al taller. En este sentido, me parece mucho más interesante la apuesta de Michelin por el neumático impinchable que os presentamos el pasado mes de mayo.

Sistemas de seguridad pasiva

Sistemas de Seguridad Pasiva
Por definición, los sistemas de seguridad pasiva son aquellos que no nos gustaría tener que utilizar jamás, ya que cuando se ponen en marcha es porque estamos sufriendo una colisión. Como usarlos o no usarlos puede marcar la diferencia entre permanecer con vida o perderla, la mayor parte de estos sistemas resultan imprescindibles, pero en algunos casos conviene matizar.
  • Airbags. Todos. Sí.
  • Sistema de aviso de olvido del cinturón de seguridad. También me parece útil. Aunque tengamos muy arraigado el hábito de abrocharnos el cinturón, nunca está de más que haya una alerta que detecte descuidos.
  • Sistema Isofix. Aunque vaya en contra de mis principios básicos esto de poner precio a la seguridad, en este caso el sistema Isofix de anclaje de los sistemas de retención infantil no es que me parezca prescindible, pero sí que entiendo que el producto final es poco competitivo como para que se popularice su uso.
  • Sistemas tipo e-Call. Los sistemas de llamada de emergencia van por el camino de ser obligatorios algún día, y si bien la idea en abstracto es muy oportuna, las dudas de muchos conductores surgen en torno a las posibles cuotas que habrá que abonar por disponer de un servicio de telefonía móvil que, total, no se utiliza de forma activa. Quizá un acuerdo entre operadoras y aseguradoras acabará con estas reticencias.
  • Evaluación EuroNCAP. De acuerdo, no es un sistema sino una forma de tener en cuenta la seguridad del coche a la hora de plantearnos su compra. Aunque las pruebas de choque tienen sus limitaciones, los resultados de los tests permite, si no elegir, sí descartar aquellos vehículos que ofrezcan pobres resultados.
La lista se me ha hecho más larga de lo que yo creía que iba a ser, y aún así seguro que me he dejado algún sistema de seguridad relevante, por lo que cuento con vuestras sugerencias. Y más aún: ¿estáis de acuerdo conmigo en esta visión de los sistemas de seguridad del coche?