Esto es lo que ha comentado el responsable, de esta investigación del Grupo de Mecánica Experimental, Cálculo y Transportes (MECATRAN) del citado centro docente, José Antonio Calvo.
En dicha investigación, colabora la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) con fondos del Ministerio de Industria.
Ya se han puesto en marcha con los primeros ensayos, para obtener una curva de correlación y un valor representativo por encima del cual el vehículo sería rechazado en la ITV, donde se establecerá la velocidad máxima admisible en un rodillo de este tipo, que equivaliese a los 45 km/h de la máxima legal permitida para estos vehículos.
Los investigadores, a través de sus estudios, han concluido que son muchos los ciclomotores trucados que circulan por las vías públicas capaces de alcanzar velocidades de hasta 100 km/h.
Puesto que la gran mayoría de accidentes de motos, son causados por exceso de velocidad en ciclomotores trucados de mala manera, ya sea por el propio usuario con mínimos conocimientos mecánicos, o por cualquier otro sin la experiencia suficiente.
Es por eso que todos los centros de ITV, están obligados por la ley, de la disponibilidad de un banco de rodillos para la medida de la velocidad en ciclomotores, pero los plazos de implantación dependen de las Direcciones Generales de Industria de cada Comunidad Autónoma.
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