Hoy en día, el sistema ABS es incorporado de serie por la práctica totalidad de los turismos que se venden en Europa, mientras que la incorporación del ESP es progresiva pero también será obligatorio para todos los vehículos nuevos comercializados en la U.E. a partir de 2012. Actualmente, más de la mitad de los vehículos vendidos en España incorporan el control de estabilidad de serie, y en los que no es así suele estar disponible como opción.
El ABS (Antilock Brake System) evita que uno o más neumáticos pierdan adeherencia con el suelo durante una frenada de fuerte intensidad; al no bloquear las ruedas durante la frenada mantiene la direccionalidad del vehículo mediante el volante y su estabilidad lineal.
En 1978 Bosch introdujo el primer sistema electrónico de antibloqueo de frenos, y ya en 2004 se convirtió en incorporación obligatoria de serie para todos los turismos fabricados en la Unión Europea. Su utilidad está totalmente fuera de duda, pero es de especial ayuda en condiciones de asfalto deslizante, por ejemplo con lluvia o hielo.
Si en una frenada brusca una o varias ruedas reducen repentinamente sus revoluciones de giro, el ABS lo detecta e interpreta que las ruedas están a punto de quedar bloqueadas sin que el vehículo se haya detenido. De ser así el vehículo comenzará a patinar, y por lo tanto, a deslizarse sobre el suelo sin control. Para que esto no ocurra, los sensores envían una señal a la centralita del ABS, que reduce la presión realizada sobre los frenos, sin que intervenga en ello el conductor. Cuando la situación se ha normalizado y las ruedas giran de nuevo correctamente, el sistema permite que la presión sobre los frenos vuelva a actuar con toda la intensidad. Cuando el ABS entra en funcionamiento, el conductor lo percibe mediante la vibración del pedal de freno.
El Control Electrónico de Estabilidad, o ESC, es más conocido por la denominación comercial de Bosch, ESP, que equipa a un importante porcentaje de vehículos. Algunas marcas optan por otras denominaciones como DSC, VDC o VSC, a veces con ajustes en el sistema para que sea más o menos intrusivo. Originariamente desarrollado por Mercedes-Benz y Bosch, se ha popularizado hasta en el segmento de los utilitarios.
El ESP monitoriza el giro del volante y la dirección efectiva que toma el vehículo, comparando ambos parámetros mediante sensores. La dirección que toma el vehículo es obtenida mediante su aceleración lateral, ángulo de rotación y velocidad individual de giro de cada una de las ruedas. Si el ESP detecta que la trayectoria del vehículo no es la deseada por su conductor, indicada mediante el volante, actúa frenando una o varias ruedas para realinear el vehículo y evitarnos un trompo o perder el control.
Muy importante también en situaciones inesperadas, como maniobras bruscas de emergencia o simplemente con asfalto deslizante en curvas, sin duda debemos recomendar que todo vehículo nuevo que se adquiera lleve ESP incorporado.
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